martes, 26 de julio de 2011

Y, ¿Quién dijo que cumplir quince años sería fácil?

Nací el veintiséis de septiembre del año 1995 en una familia muy devota a Dios, mi papa un señor serio y malgeniado, y mi mama una mujer perfeccionista y ordenada. ¿Hermanos? No, desgraciadamente no, soy hija única.
Normalmente a nuestra edad lo único que buscamos es compañía. El día comenzó como otro cualquiera, me desperté a las cinco y media de la mañana, me metí a bañar, alise mi cabello y me puse mi uniforme, le dije, “adiós mama,”  tome mi vaso de leche y me fui a estudiar.
El colegio era como cualquier otro, aburrido; y lo único que me  daban ganas de hacer allí era dormir. Mi amiga, bueno mi mejor amiga, (y la única que tenía) llego esa mañana, se abalanzo sobre mí y me dio un fuerte abrazo, “Feliz cumpleaños Vale! Te quiero mucho” eso fue lo que dijo Natalia, solo se me hizo una pequeña sonrisa en el rostro, la mire a los ojos y con una voz dulce le dije, “Gracias Naty.”
Biología, matemáticas e inglés eran las clases de ese día, (lo recuerdo como si fuera ayer), Salí del colegio a las tres de la tarde como usualmente lo hacía, fui a la estación del bus, y me fui a casa. Al llegar vi que mi mama no estaba, y mi papa como siempre estaba trabajando… Mi único pensamiento fue,  como siempre otro cumpleaños que se les olvido. Fui a la cocina, tome unas galletas y me fui al cuarto, cuando desperté ya eran más de las ocho de la noche.
Mis padres no aparecían, así que no lo pensé dos veces y salí de mi casa sin más que dos mil pesos en el bolsillo. Llegue a un parque lleno de gente y automáticamente reconocí a Lucas, mí vecino, el chico que siempre me había gustado.. Estaba sentado en una silla con todos sus amigos, el a diferencia mía era una persona muy sociable y extrovertido.
Mi piel se erizó completamente, tenía las manos heladas, y mi única reacción fue voltear la cara, y ahí estaba el, con esa sonrisa perfecta y esos ojos negros que tanto me gustaban. “Te asustaste?” Me pregunto el, y yo con las mejillas coloradas en un tono bajo de voz le dije, “N..o”.
“Vale, deduzco gracias a Facebook que hoy cumples años, y si es así …” (el tomo mi mano y me dio un fuerte abrazo, después de esto dijo), “FELIZ CUMPLEAÑOS”,  para ese momento ya eran las 8,30 y mis padres no llegaban, así que le hice caso a Lucas y me fui con él y  con sus amigos. Lucas de diecisiete años podía entrar a algunos bares, así que con él me fue fácil entrar, entramos unos ocho personas aproximadamente y nos sentamos en una mesa, sus amigos compraron licor y empezaron a beber, Lucas me ofreció, y yo le dije tímidamente que nunca había bebido, así que bueno, lo único que el menciono fue, para todo hay una primera vez, y así fue, entre un trago y el otro ya habíamos terminado con dos botellas, y entonces trajeron los cigarrillos.
Lucas fumaba mucho, ya lo había visto en varias ocasiones haciéndolo, y a sus amigos también, pero así como yo nunca había bebido, tampoco había fumado. Lucas me tomo del brazo y me dijo “Mira, solo aspira fuerte y después bota el humo, es sencillo”, así que tome el cigarrillo e hice lo que el me dijo, mareo, dolor de garganta, y mucha toz fue lo que sentí en ese momento, después de varios intentos lo logre hacer y me gusto.
Mi celular no tenía llamadas perdidas, ni mensajes, pero eran las doce de la madrugada y decidí volver a casa, Lucas no quería que yo me fuera, le di un beso en la mejilla y le dije en el odio que lo quería mucho. Salí del lugar, cogí un taxi, me fui de regreso a casa.